La Espiral del Silencio
Basándonos en el concepto de un proceso interactivo que genera una “espiral” del silencio, definimos la opinión pública como aquella que puede ser expresada en público sin riesgo de sanciones, y en la cual puede fundarse la acción llevada adelante en público.
Elisabeth Noelle-Neumann
En esta entrada voy a hablar sobre la teoría propuesta por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann, en su obra La espiral del silencio. Opinión pública: nuestra piel social. Esta teoría se fundamenta en que la probabilidad de que un individuo exprese su opinión entre un grupo de personas es más reducida si se siente parte de la minoría y, por otra parte, gran parte de la audiencia es propensa a identificarse con la opinión supuestamente mayoritaria que los medios de comunicación favorecen.
Esta teoría se parte de la hipótesis por la
cual la opinión más difundida por los medios crea un clima de opinión, dando
lugar al efecto de espiral de silencio. Todo esto se sustenta en un análisis de
los mecanismos psicológicos de identificación e interiorización de las
opiniones dominantes, de tal manera, algunos receptores no pueden formar una
opinión de los acontecimientos sin la influencia del clima de opinión generadas
por los miedos.
Todo esto se
basa en los resultados de las encuestas realizadas entre 1971 y 1972. Estas
encuestas se basan en temas controvertidos: Ley de aborto, unidades máximas de
alcohol en la sangre en conductores, pena de muerte, etc. Y donde se pretendía
obtener: 1) la percepción del encuestado sobre cuál era el punto de vista
mayoritario, 2) las tendencias hacia el futuro y 3) la disposición del
encuestado a exponerse en una situación pública.
Así, Noelle-Neumann nos dice:
“1. Los individuos se
forman una idea del reparto y del éxito de las opiniones dentro de su entorno
social. Observan cuáles son los puntos de vista que cobran fuerza y cuáles
decaen. (…)
2. La disposición de un
individuo a exponer en público su punto de vista varía según la apreciación que
hace acerca del reparto de las opiniones en su entorno social y de las tendencias
que caracterizan la fortuna de esas opiniones. (…)
3. Se puede deducir de esto
que si la apreciación del reparto de una opinión está en flagrante
contradicción con su efectiva distribución es porque la opinión cuya fuerza se sobrevalora
es la que con más frecuencia se expresa en público.
4. Hay una correlación
positiva entre la apreciación presente y la apreciación anticipada: si a una
opinión se la considera dominante, es plausible pensar que seguirá siéndolo en
el futuro (y viceversa). Esta correlación, no obstante, puede variar. Cuanto
más débil es, la opinión pública más se enreda en un proceso de cambio.
5. Si la apreciación de la
fuerza presente de una opinión determinada difiero de la de su fuerza futura,
lo que determinará el punto hasta el cual el individuo esté dispuesto a exponerse
será la previsión de la situación futura, pues se supone que la mayor o menor
buena disposición de un individuo depende de su temor a encontrarse aislado,
del temor a ver su confianza quebrantada en sí, en caso de que la opinión
mayoritaria o la tendencia de ésta no confirmara su propio punto de vista. Si
está convencido de que la tendencia de la opinión va en su misma dirección, el
riesgo de aislamiento es mínimo.”
Tal como se puede apreciar, todo esto se basa
en una concepción redundante y causalista de los efectos, excluyendo los
efectos generados por otros marcos culturales de la recepción. Siendo la clave
la opinión pública como pilar fundamental de la cohesión social.
Fco M. Alarcón Parra
Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Espiral_del_silencio
http://www.infoamerica.org/documentos_pdf/noelle_neumann.pdf
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